måndag 9 november 2009

Mendigo tu amor



Soy un mendigo de tus caricias
como un miserable pedigüeño
un besito te pide sin malicia
y tú respondes muy oronda:


Como no! Ay bueeno!


Nunca un hombre de verdad
toma a las mujeres como objeto
y en la búsqueda de su felicidad
todo lo pide con respeto.
Mi vida, mi vida, mi amor,
soy un niño indefenso
necesitado de tus besos,
de tus caricias y tu calor de fuego.
Amame, quiéreme,
házme sentir la explosión infinita
del mar cuando choca contra el camellón y sus olas borrascosas
se tranforman en gotas
grandes y pequeñas, por millón
y no hay resquicio que no llene.


La Madre Naturaleza
ha sido pródiga en regalos
nos ha dado las montañas,
las aguas y la tierra,
que en el corazón del mundo
el nativo trabaja con presteza
bregando siempre por el mañana
de sus hijos antes que muera
en la esperanza de legarle un mundo en armonía
sin hambre, miseria, ni volencia.


Pero yo, mi amor, como el moribundo
te mendiga sólo un beso
sólo una pequeña caricia,
ya que depende de ella
el transportarme a otro mundo,
el hacer mi vida más bella
convirtiéndome en el mendigo más rico
en el envidiado que ya sin avaricia
le grita al mundo: Todo lo tengo!

HVT

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